El presidente de la Asociación de Guías Intérpretes del Patrimonio Cultural, Histórico y Artístico, Natural y Geográfico de la provincia de Granada (AGIP), Miguel Campos, nos comenta la situación de «calvario» y desesperación que están viviendo los guías turísticos de nuestra ciudad con respecto a la nefasta gestión del Patronato de la Alhambra y el Generalife.
Son muchas las causas que impiden que el trabajo de estos guías se desarrolle de forma corriente y eficiente. Hoy Miguel Campos, nos explica cuáles son esas situaciones que provocan que el trabajo diario de estos guías sea insostenible y requiera de medidas urgentes que estabilicen esta situación.
1.- Nula actividad por parte de Patronato en contra del galopante intrusismo profesional que sufre nuestra profesión y que se produce prácticamente a diario en el conjunto monumental, a pesar de que la de guía, sigue siendo una profesión regulada y ejercerla sin habilitación para ello, es un delito recogido en el código penal, (art. 403). Muy al contrario, tanto los vigilantes del Patronato como los miembros de la seguridad privada tienen orden de no actuar cuando observen un caso de intrusismo.
2.- Incomprensible y absurda imposición de que los grupos o individuales acompañados por guías en su visita a la Alhambra deben abandonar el recinto con el guía, mientras que los que no usan nuestros servicios pueden permanecer todo el tiempo que deseen.
3.- Prohibición de trabajar con grupos de escolares aunque el centro escolar quiera los servicios de un guía y así lo pida expresamente. El Patronato aduce que utilizan tickets gratuitos y por tanto no se puede hacer negocio con ellos y la visita tiene que ser auto guiada.
Como consecuencia de esto, los colegios contratan monitores y animadores de empresas de ocio y aventura que actúan como profesores/guías, sin ser ninguna de las dos cosas. Otra forma de intrusismo propiciado por la incomprensible normativa de Patronato que ha dejado sin trabajo a muchos profesionales durante muchos meses y a los colegios sin un servicio profesional y de calidad a sus alumnos.
4.-Control diario y exhaustivo de las acreditaciones de los guías (tarjeta de pase QR), hasta el punto de que si se olvida, sencillamente, el guía no podrá trabajar. Sin embargo, las tarjetas naranjas y rojas de acceso, supuestamente para profesores y otros profesionales, no se comprueban ni se coteja si el que la solicita es realmente docente o no y si alguna vez se ha hecho ha sido a requerimiento nuestro.
5.- La implantación de los tickets nominativos nos impide trabajar con clientes que hagan su reserva a menos de tres días vista. El Turismo individual, sin embargo, puede comprar tickets hasta el último minuto, medida que daña y mucho, el turismo organizado.
No estamos en contra de éste nuevo sistema de control, pero no se puede aducir que la normativa de los tickets nominativos y la petición aleatoria de pasaportes o identificación a los visitantes, se implantan como medida de seguridad, mientras que no se establezcan los mínimos filtros y sistemas de seguridad activos, que debería existir en un lugar tan sensible, emblemático y con tan alto nivel de ocupación diario, como la Alhambra, es decir, arcos e seguridad, detectores, escáneres, por los que debería pasar todo visitante antes de acceder al recinto, cosa que no ocurre hoy en día.
Solo existe el control muy esporádico del de bolsos y mochilas con la asistencia de perros adiestrados y la presencia casi testimonial de la policía Nacional, muy de tarde en tarde.
6.- Al turismo individual, entiéndase el que no va acompañado de guía, en el caso de cualquier incidencia, se le permite cambiar el horario de entrada a los Palacios Nazaríes, sin ningún problema si así lo solicitan, pero se le niega dicho cambio, sistemáticamente, a visitantes de grupo o en visita con guía aun teniendo una razón muy importante y justificada documentalmente de forma oficial. Otra discriminación más.
7.- Incomprensible y preocupante falta de vigilantes en el interior del monumento, los llamados, PECIS. En el mejor de los casos, un día de mucha suerte, en el conjunto monumental hay 12 vigilantes, de los cuales 5, ejercen funciones de control de tickets. Cantidad a todas luces exigua para un lugar de semejante extensión e importancia
Todos los días multitud de visitantes, casi siempre de turismo no organizado, incumplen las normas, producen deterioro en el monumento de forma muy explícita y directa y muestran una actitud muy poco o nada respetuosa, con el lugar y en demasiadas ocasiones, con total impunidad, los Domingos y festivos, de forma especial.
Los vigilantes están sobrepasados en su labor y les es imposible ejercerla de forma satisfactoria y eficaz. Por tanto de nada sirve las entradas nominativas y la comprobación de identidad. A propósito de los vigilantes, es anecdótico y muy penoso el hecho impactante de la falta de uniformidad de los mismos. Al parecer la Junta de Andalucía aduce falta de presupuestos y no hay uniformes suficientes para todos y los pocos que hay parecen ser antiguos, defectuosos o de mala calidad.
Así se puede ver a vigilantes con sandalias, zapatillas deportivas, pantalones cortos, bermudas, camisetas de todos los más llamativos colores y estampados, gorras de cuadros escocesas, etc, etc, lo que les hace pasar desapercibidos completamente.
8.- Solo a nosotros se nos exige el uso de equipos de audio, micrófonos y auriculares, para controlar, supuestamente, el nivel de ruido en teoría, sin embargo los grupos de escolares, no están obligados a usarlo y el nivel de ruido y molestia que producen es tan terrible siempre que nos impide completamente ser escuchados por nuestros clientes y sin embargo nadie les llama la atención ni le piden una actitud respetuosa igualmente en el recinto, convirtiendo nuestra visita en algo insufrible y absolutamente irritante.
9.- Prohibición de ofrecer nuestros servicios en los aledaños de la entrada al igual que ocurre en casi todos los monumentos de España y del mundo. Sin embargo el Patronato y sus empresas concesionarias, si ofrecen diariamente, el alquiler de audio guías siendo los propios servicios de información del Patronato los que sugieren a los visitantes que es la mejor manera de realizar la visita. También se permite ofrecer los servicios del tren turístico y hasta tablaos flamencos, cualquier cosa, menos los servicios de un guía profesional, enorme agravio comparativo. La Administración pública, haciendo competencia directa desleal al autónomo.
10.- Desde hace más de una década, los guías tenemos prohibido comprar tickets de venta directa en las taquillas de la Alhambra, sin más razón que la de que somos guías, nada más. Nueva discriminación. De igual manera tenemos prohibido entrar en el recinto a menos que lo hagamos en el ejercicio de nuestra labor profesional, a pesar de que nuestra habilitación de guías de turismo de Andalucía nos permite el acceso a los viene integrantes del patrimonio en cualquier lugar. Tampoco podemos acceder con un ticket normal. Incomprensible.
Estos 10 puntos son solo una muestra de las situaciones que nos impiden llevar a cabo nuestro trabajo de una forma eficiente. Les animamos a que comprueben con nosotros cómo se desarrolla nuestro trabajo diario y que juntos, podamos poner fin a esta situación.
¿Estás con nosotros? ¡Faltas tú!